jueves, 11 de julio de 2013

ECONOMÍA DIRIGIDA Y CAPITALISMO DE ESTADO: MÉXICO SI REGRESA.

HACE MUCHOS AÑOS QUE MÉXICO SE DEBATE ANTE EL DILEMA DE VOLVER A TENER UNA ECONOMÍA QUE PERMITA MANEJAR VARIABLES TRADICIONALMENTE SUSTENTADAS EN EL PROGRAMA DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA, Y DOTAR A LA POBLACIÓN DE RECURSOS E INSTRUMENTOS PARA COMBATIR LA POBREZA Y EL HAMBRE; HOY ESTÁ COMO MUCHOS PAÍSES LATINO AMERICANOS INTENTÁNDOLO.

 
EN MI COLABORACIÓN EN www.elplaneta.ws/inicio ABORDÉ EL PROBLEMA DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO DE MÉXICO DESDE EL PUNTO DE VISTA TEÓRICO DE LA DIFICULTAD QUE TIENE PARA SORTEAR LA DEPENDENCIA FINANCIERA Y COMERCIAL DE LA ECONOMÍA ESTADOUNIDENSE, Y LA POSIBILIDAD DE RETOMAR EL DOMINIO DE GRANDES SECTORES ECONÓMICOS QUE LE PERMITAN VOLVER A LA ECONOMÍA DIRIGIDA, NO INDICATIVA, Y AL CAPITALISMO NACIONALISTA DE ESTADO, SOBRE TODO A TRAVÉS DEL PETRÓLEO, LA ELECTRICIDAD, EL AGUA, LOS BRACEROS Y LA INFRAESTRUCTURA SOCIAL. EL ARTÍCULO ES TITULADO:

ECONOMÍA DIRIGIDA, EL REGRESO.

El regreso a una mayor intervención del Estado en la economía es ahora una exigencia social en España, Grecia o Italia entre otros. Y de manera fraccionaria por otras entidades socio económicas en programas asistenciales reales en países de América latina.

El Estado ha perdido en muchos países el control de su moneda, el del financiamiento efectivo de carácter capitalista, y definitivamente de las bolsas de valores incluido el tipo de cambio; Ha perdido el Estado la capacidad de intervenir  ante los embates de la globalización, porque los instrumentos de intercambio comercial entre países son de tan diversas maneras y se enfrentan a estrategias de planeación mercadológica cambiante día a día manipulada por los grandes consorcios mundiales.

En los HECHOS hay dos grandes ejemplos de la pérdida de control de la economía nacionalista anhelado hoy por los países que se encuentran en una constante desaceleración de su crecimiento económico y que frenan el desarrollo, sobre todo han perdido el control y depreciación de sus monedas. Son el resultado de acciones contundentes de un país enorme, como China y una empresa global, de clase mundial como Walmart, que siendo grandes estrategas en la comercialización hoy tratan de penetrar en las economías emergentes de manera imparable, impredecible e impunemente; evadiendo la miseria cada vez más presente en esos países emergentes.
 
La pobreza ha permeado a países cuyas economías permitían por años y a mediano plazo sortear las crisis recurrentes del sistema capitalista, sin embargo ahora la pobreza deteriora a sus “clases medias”, -aquellas cuyos ingresos van desde el 70.0% al 150.0% del ingreso promedio nacional.
Alemania es uno de ellos; Francia, Inglaterra y los mismos EUA. En Alemania por ejemplo el ingreso por persona asciende a 36,800 Dólares –no rebasa el medio millón de pesos mexicanos- seguida de Francia 34,500 y así sucesivamente.  
Las voces actuales  de sociólogos y economistas de esos países, aconsejan inmediata acción: “El Estado haría bien en contrarrestar la reducción de la clase media con nuevas estrategias y políticas”.  
No son los países ricos los que se estén adelantando a la inevitable mayor intervención del Estado en la economía y la capilaridad social, combatiendo la pobreza y el desempleo; sino los países pobres, los sudafricanos, los europeos del mediterráneo y en América Latina.  
Las reformas estructurales, el Pacto por México y el combate al hambre, es un propósito en nuestro país pero en tiempos electorales se tiende a pasar a segundo plano aunque sin olvidarse de ello. En Brasil la consulta sobre reformas políticas están en total “balanceo” trasladadas hasta octubre del presente año post electoral a sabiendas de la importancia que tienen para la economía y reducción de la turbulencia social. Perú y Chile muestran igualmente la inconformidad de las clases medias por la vía de los movimientos estudiantiles y los trabajadores del sector público.
Debo agregar que existe una gran confusión e inseguridad en las decisiones de esos países pobres y tal confusión los ha reducido en su capacidad institucional de  negociación por parte del Estado con la sociedad, finalmente quienes salen perdiendo son las poblaciones empobrecidas que no ven la salida.