HACE MUCHOS AÑOS QUE MÉXICO SE DEBATE ANTE EL DILEMA DE VOLVER A TENER UNA ECONOMÍA QUE PERMITA MANEJAR VARIABLES TRADICIONALMENTE SUSTENTADAS EN EL PROGRAMA DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA, Y DOTAR A LA POBLACIÓN DE RECURSOS E INSTRUMENTOS PARA COMBATIR LA POBREZA Y EL HAMBRE; HOY ESTÁ COMO MUCHOS PAÍSES LATINO AMERICANOS INTENTÁNDOLO.
ECONOMÍA
DIRIGIDA, EL REGRESO.
El regreso a una mayor intervención del Estado en la
economía es ahora una exigencia social en España, Grecia o Italia entre otros.
Y de manera fraccionaria por otras entidades socio económicas en programas
asistenciales reales en países de América latina.
El Estado ha perdido en muchos países el control de
su moneda, el del financiamiento efectivo de carácter capitalista, y
definitivamente de las bolsas de valores incluido el tipo de cambio; Ha perdido
el Estado la capacidad de intervenir
ante los embates de la globalización, porque los instrumentos de
intercambio comercial entre países son de tan diversas maneras y se enfrentan a
estrategias de planeación mercadológica cambiante día a día manipulada por los
grandes consorcios mundiales.
En los HECHOS hay dos grandes ejemplos de la pérdida
de control de la economía nacionalista anhelado hoy por los países que se
encuentran en una constante desaceleración de su crecimiento económico y que
frenan el desarrollo, sobre todo han perdido el control y depreciación de sus
monedas. Son el resultado de acciones contundentes de un país enorme, como
China y una empresa global, de clase mundial como Walmart, que siendo grandes
estrategas en la comercialización hoy tratan de penetrar en las economías
emergentes de manera imparable, impredecible e impunemente; evadiendo la
miseria cada vez más presente en esos países emergentes.
La pobreza ha permeado a países cuyas economías
permitían por años y a mediano plazo sortear las crisis recurrentes del sistema
capitalista, sin embargo ahora la pobreza deteriora a sus “clases medias”,
-aquellas cuyos ingresos van desde el 70.0% al 150.0% del ingreso promedio
nacional.
Alemania es uno de ellos; Francia, Inglaterra y los
mismos EUA. En Alemania por ejemplo el ingreso por persona asciende a 36,800
Dólares –no rebasa el medio millón de pesos mexicanos- seguida de Francia
34,500 y así sucesivamente.
Las voces actuales
de sociólogos y economistas de esos países, aconsejan inmediata acción:
“El Estado haría bien en contrarrestar la reducción de la clase media con
nuevas estrategias y políticas”.
No son los países ricos los que se estén adelantando a
la inevitable mayor intervención del Estado en la economía y la capilaridad
social, combatiendo la pobreza y el desempleo; sino los países pobres, los
sudafricanos, los europeos del mediterráneo y en América Latina.
Las reformas estructurales, el Pacto por México y el
combate al hambre, es un propósito en nuestro país pero en tiempos electorales
se tiende a pasar a segundo plano aunque sin olvidarse de ello. En Brasil la
consulta sobre reformas políticas están en total “balanceo” trasladadas hasta
octubre del presente año post electoral a sabiendas de la importancia que
tienen para la economía y reducción de la turbulencia social. Perú y Chile
muestran igualmente la inconformidad de las clases medias por la vía de los
movimientos estudiantiles y los trabajadores del sector público.
Debo agregar
que existe una gran confusión e inseguridad en las decisiones de esos países pobres y tal
confusión los ha reducido en su capacidad institucional de negociación por parte del Estado con la sociedad, finalmente
quienes salen perdiendo son las poblaciones empobrecidas que no ven la salida.
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